Reflexiones Cristianas - ¿Cuál es mi carga?

Nosotros, los que ya somos creyentes, a menudo sentimos también una carga. Ya no es el peso de nuestros pecados, sino el de nuestras preocupaciones. Nuestro Dios “misericordioso y clemente” (Salmo 103:8) cargó totalmente con nosotros; sin embargo nos cuesta separarnos de nuestras inquietudes entregándolas a Dios. También estamos cargados cuando no conseguimos olvidar las heridas o los daños que nos han hecho… o los que hemos hecho. ¡Es tiempo de liberarnos de esas cargas, confiándolas a Dios en oración! Debemos reconocer ante él los problemas que perjudican nuestras relaciones, perdonar y olvidar.
Hay cargas que debemos echar por la borda: celos, susceptibilidad, inquietud; pero también hay otras que debemos ayudar a llevar: las penas y las cargas de nuestros allegados, hermanos y hermanas en la fe.
Aún hoy Jesús nos dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. - Salmo 55:22.
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. - Gálatas 6:2.